26 de junio de 2015

Asesinos en Serie

 

   Según el FBI, los asesinos en serie son personas que matan por lo menos en tres ocasiones con un intervalo de tiempo entre cada asesinato. Los crímenes cometidos son resultado de una compulsión, que puede tener sus orígenes en la juventud o en desajustes psicopatológicos del asesino, contrariamente a aquellos que están motivados por ganancias monetarias o los que tienen motivaciones ideológicas o políticas.


¿Cómo se origina un Asesino en serie?

   
     Es necesario considerar que no todos los psicópatas son asesinos en serie, pero todos los asesinos en serie son psicópatas. Esto tomando indistintamente los términos “trastorno antisocial de la personalidad”, “sociopatía” y “psicopatía”; si bien las diversas fuentes a veces delimitan un término de otro, en esencia los tres significan lo mismo y son empleados indistintamente en la actualidad. Pero entonces y antes de intentar responder si el psicópata nace o se hace: ¿cuáles son sus características fundamentales? En palabras del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales IV —donde no se distingue al psicópata del sociópata, y se engloba a ambos en el trastorno antisocial de la personalidad—, estas son las siguientes:

  • Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención.
  • Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer.
  • Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro.
  • Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones.
  • Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
  • Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas.
  • Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros.

     El asesino serial es un resultado de la interacción entre las circunstancias (el entorno) y las tendencias innatas; se hace a sí mismo en la medida en que tiene la posibilidad de elegir qué reacciones tomar ante lo que le sucede: así, cuando se habla de que "el asesino se hace", se habla tanto de que las circunstancias lo construyen como de que él, en la medida en que tiene libertad de autoregulación y reacción, se autoconstruye como respuesta a esas circunstancias.

     Al respecto, la neuróloga Debra Niehof afirma lo siguiente: ‹‹La violencia es el resultado de un proceso de desarrollo, una interacción permanente entre el cerebro y el medio ambiente […]. Si una persona ha llegado a creer que el mundo está en contra de ella, y ella está reaccionando de forma exagerada a cada pequeña provocación, estas reacciones violentas irán más allá de su capacidad de control, porque está en un modo de supervivencia […]. Es importante entender que la violencia no tiene una causa única. Puede venir de cualquier parte de la estructura psicológica. Todo lo que nos encontramos o experimentamos en nuestras vidas tiene el potencial de afectarnos, y no hay un factor único al que echar la culpa. La violencia es el resultado de un bucle de realimentación compleja, pero ese bucle puede romperse. La biología no es destino.››

Perspectiva General


     Hemos visto que el asesino serial es el producto de una interacción entre el entorno y ciertas características del sujeto. Entonces: ¿qué circunstancias tienden a hacer que un psicópata se transforme en asesino serial? Un entorno familiar inapropiado, con patrones como: violencia entre los padres; maltrato, indiferencia-abandono o demasiada permisividad por parte de uno o ambos progenitores; ausencia de uno o ambos progenitores; incestos, abuso sexual o algún tipo de situación sexualmente insana originada en el marco familiar; comportamientos desequilibrados y destructivos-autodestructivos en los padres, tales como alcoholismo, drogadicción, prostitución; etc.


     El asesino es en gran parte un síntoma de los trastornos socio-culturales, ya que, si bien el entorno familiar es el factor externo de primer orden en su encaminamiento hacia el crimen, éste constituye una micro estructura grupal (por algo se le dice “la célula” de la sociedad) que, en sus desequilibrios y problemas, refleja en gran medida los males generales del entramado socio-cultural.  Una experiencia social nociva, con patrones como: pobreza, usualmente asociada a un sistema lleno desigualdad que, en ciertos casos, acaba generando resentimiento social; aislamiento o maltrato físico y/o psicológico por parte de los pares, sean estos de la institución educativa, del reformatorio o de otro tipo de ambiente; abuso sexual por parte de un desconocido o conocido fuera del círculo familiar; presencia de drogas y/o alcohol en el círculo social; vandalismo y delincuencia; etc. Vivencia de un marco cultural en el que se exhiben cosas como: mucha rigidez en los roles de género; aceptación de la violencia como forma idónea de control y parte de la cotidianidad; desequilibrios a nivel de la mentalidad imperante, manifestados en casos como el de una sociedad moralista demasiado represiva, una sociedad con tendencia al libertinaje y los vicios, o una sociedad muy materialista, pragmática y consumista; etc.


1) Exposición a eventos traumáticos:
El ser testigo de uno o varios sucesos traumáticos es algo que muchas veces juega un rol crucial en la creación del asesino en serie. Según estudios científicos, presenciar un acto violento puede desencadenar agresión y desórdenes de ansiedad tales como estrés agudo o trastorno por estrés post-traumático, o inclusive puede ocasionar problemas relacionales y una disrupción en el desarrollo de la capacidad empática.



2) Maltrato infantil y adolescente:
El maltrato infantil casi nunca será suficiente en la creación de un asesino en serie, pero siempre será importante. En su libro Serial Killers, Joe Norris nos dice que el maltrato infantil genera reacciones violentas, trastorna el desarrollo psicológico y hasta puede producir lesiones cerebrales… Al respecto escribe: ‹‹Los padres que abusan de sus hijos, tanto física como psicológicamente, inculcan en ellos una confianza casi instintiva en la violencia como primer recurso ante cualquier desafío››. Según criminólogos del F.B.I., cuando un niño sufre maltrato infantil, ve menoscabada su capacidad de empatía, no desarrolla su capacidad de confianza, seguridad y autonomía, experimenta un daño en su facultad para vincularse a otras personas, y se llena de fantasías de dominación, violencia y control.



3) Relación con los padres:
Los padres son claves en la construcción moral, social y emocional del sujeto, en su encaminamiento a la legalidad o la ilegalidad. Generalmente es la madre la figura que más peso tiene en la construcción del asesino serial, en parte porque, es muy frecuente la figura del padre que se ausentó tempranamente o que nunca estuvo. Esta madre suele ser dominante, estricta, cruel, maltratadora; distante e indiferente; incestuosa, promiscua o sexualmente perturbadora y provocadora; de moral religiosa y represiva, o de un libertinaje amoral; alcohólica y drogadicta; etc. Mientras tanto, cuando el padre está presente y es fuente de daño y trastorno, lo es casi siempre bajo la figura del padre autoritario, violento, sádicamente disciplinario, y usualmente machista y alcohólico.



4) El rechazo:
El rechazo ha jugado un rol importante en la vida de casi todo asesino serial; venga éste de los padres, de los pares de la institución educativa, del sexo contrario, etc. Estudios científicos señalan que los chicos que sufren rechazo social tienden a ser más agresivos, menos sociables, más impulsivos y ansiosos. Y es que el rechazo no solo puede ser interiorizado y manifestado en forma de auto-rechazo, sino que puede volverse contra su fuente, intensificado y amenazador en su nuevo ropaje: el odio.


La Tríada Fatídica


     Hay tres conductas que, de darse en un individuo determinado, manifiestan una considerable probabilidad de que se transforme en asesino serial: la piromania, la incontinencia urinaria y la crueldad con los animales. La primera se asocia a la búsqueda de una sensación de poder derivada del deseo de destrucción, la segunda a la tensión emocional, y la tercera es realmente siniestra; pues, según dicen los científicos, el torturar a cualquier ser vivo atrofia las redes neuronales asociadas a la capacidad de sentir empatía, cosa esta que, en último término, equivale a un proceso de deshumanización.


1) Crueldad con los animales:
Según estudios, casi todos los chicos que maltratan animales han sido víctimas de maltrato físico y/o psicológico, generalmente por parte de uno o ambos progenitores, y frecuentemente también por parte de sus pares, ya sea a través del bullying o la simple marginación y rechazo social. Esto es importante porque permite entender el carácter éticamente escalofriante que subyace al fin último de la tortura ejercida sobre animales. Pero para comprender eso hay que tener presente lo que se ha hallado en estudios científicos: Cuando tratamos de explicar los actos de la crueldad humana, no hay ningún valor científico en el término “malo” pero sí hay valor científico en el uso del término “erosión de la empatía", cuando la gente comete actos de crueldad, un circuito específico en el cerebro (“el circuito de empatía”) disminuye. Esto podría ser temporal (por ejemplo, cuando estamos estresados) o de una forma más duradera, pero ¿no es esa capacidad de empatía lo que lo frena de hacer daño a los demás y de exteriorizar su agresividad más allá de cierto punto? Lógicamente sí, y evidentemente esta capacidad empática ya está mermada en el psicópata, pero hay grados y grados, y la crueldad animal es un mecanismo para menoscabarla aún más. Ahora: ¿por qué alguien querría disminuir aquello que frena su violencia?, ¿qué conseguiría con no conmoverse ante el dolor ajeno? Conseguiría poder emplear más a la violencia para controlar a los demás y, en última instancia, conseguiría una capacidad mucho mayor de conseguir sus fines y deseos a expensas de un sufrimiento ajeno. Llegamos así al lamentable proceso ético que casi siempre ocurre en el asesino serial que maltrata animales: primero es una víctima de la maldad y la crueldad de los otros, del mundo; y luego, fundamentalmente como forma de protección, busca extinguir su propia bondad para así adoptar una crueldad y una maldad superior a la de sus victimario.




2) Piromanía: En los asesinos seriales, la práctica de la piromanía aparece generalmente en la niñez y muestra esencialmente la búsqueda de un sentimiento de poder originado en la satisfacción del afán de destruir. Pero la realidad psicológica de la piromanía es aún más profunda y guarda concordancia con la realidad que suelen vivir quienes se transforman en asesinos seriales. Así, el pirómano es generalmente un joven lleno de frustraciones, problemas y desajustes emocionales, rabia acumulada, y usualmente tedio, vacío existencial, sentimientos de impotencia y deseos de protagonismo. Aunque también hay casos en que la piromanía comporta un aspecto sexual, y en ese caso evidenciaría una sexualidad sádica, y quizá algo de pirofilia. 

3) Incontinencia urinaria: Estudios criminológicos muestran que aproximadamente el 60% de los asesinos seriales se orinan en la cama siendo ya adolescentes. Esto suele estar asociado al estrés emocional que origina un entorno familiar y social inadecuado y lleno de conflictividad, tal y como el que les toca vivir a los asesinos seriales durante su infancia y adolescencia.